Dentro de la literatura amorosa, Tantadel y La canción Odette son dos obras maestras. La primera fue publicada por vez primera en 1974, la segunda en 1982. Ambas tienen estructuras interesantes que han merecido el reconocimiento de críticos nacionales y extranjeros. Tantadel puede ser considerada como una obra clásica, muy difundida y apreciada. Ambas pertenecen al desamor, a esas pequeñas tragedias íntimas de las que pocos escapan. Los personajes femeninos de René Avilés Fabila, son siempre fantasmales y viven rodeados de problemas complejos y extraños. Los masculinos viven bajo inseguridad perpetua. Todos buscan un futuro luminoso y se topan con los celos, los desencuentros amorosos. Son seres atormentados en medio de una sociedad detestable que los abruma. A Odette su magia no le basta para ser feliz. No hay pócimas para detener el camino a la vejez. Tantadel será siempre joven y bella, pero desgraciada. El prólogo de Bernardo Ruiz arroja luz sobre las dos enigmáticas mujeres, pero serán los propios lectores quienes las descubran, a veces rodeadas de las más grandes figuras artísticas del siglo XX y siempre inalterablemente moviéndose en el campo de la fantasía. Ninguna pisará jamás la tierra. Son etéreas. De claroscuros. Y en el fondo inalcanzables. Con la reaparición de estas dos novelas, la literatura mexicana recupera historias y personajes que ya pasaron las más severas pruebas del tiempo y la crítica. La realidad y la fantasía se mezclan con naturalidad en la literatura de René Avilés Fabila.
* Colección Asteriscos
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