Las páginas de El Evangelio según René Avilés Fabila nos regalan lo mejor del estilo de su autor, esa prosa que juega con la fantasía valiéndose de los símbolos de la mitología universal, para desnudar al ser humano y, con precisión y economía de lenguaje, dar cuenta de lo grandioso y ridículo de la existencia. En 71 textos breves, Avilés Fabila desacraliza los temas polémicos de la historia de la humanidad. Nos lleva de la mano por lo más sagrado del Libro Sagrado: el sexo practicado por nonagenarios, la promiscuidad, la lujuria, el erotismo, el vicio de poder y las acciones sanguinarias que entronizan a los gobernantes en las guerras por el poder. Se burla de los excesos de los líderes más emblemáticos, desde David hasta la injusta llegada al trono del justo Salomón.
Con las herramientas del periodismo, presenta una crónica de la pasión y muerte de Jesucristo. En el repaso al Viejo y el Nuevo Testamento, el texto más extenso es el dedicado a María, proclamada La Virgen, y a la vez la marginada de la historia. Lucifer aparece como el contrapunto de un Dios aburrido, a quien su condición de monarca absolutista le priva del sexo y de la convivencia familiar. Es “el gran solitario”. El Cielo, el Purgatorio, el Limbo y el Infierno pasan por la pluma de Avilés Fabila en el recuento irreverente de “una religión amenazante y llena de espanto”.
Desde la trinchera del ateísmo, el autor muestra con ironía los sinsentidos de la Biblia, para derribar las máximas del catolicismo y ofrecer “una Biblia más divertida y humana, en cuyas páginas los milagros, las visiones y las profecías tengan un sentido y haya menos salvajismo y sangre”.
El Evangelio según René Avilés Fabila, que aparece con el sello editorial de La Mosca Muerta, sigue una tradición literaria siempre vigente, que es la de repensar, derribar y reconstruir los grandes mitos.
* "Mesita de noche". Revista El Búho 111